Su portada, rematada por una espadaña de dos cuerpos que se alza por encima de la cornisa del tejado, es un tanto arcaizante para la época neoclásica, ya que su estructura remite más bien a un gusto barroquizante y, desde luego, no está en consonancia con la originalidad de la planta oval del edificio inscrita en un cuerpo poligonal de ocho lados. La elipse de su planta queda, no obstante, enmascarada por la forma en cruz griega gracias a grandes capillas laterales rectangulares.
La portada posee arco de medio punto flanqueado por pilastras toscanas. En el segundo cuerpo, hornacina enmarcada por columnas jónicas y adornada con pináculos. Remata un gran ventanal ovalado. A la derecha de la puerta principal hay un pequeño oratorio. La torre es de planta cuadrada y se cubre con capitel bulboso. La volumetría de los diferentes cuerpos del templo es armónica externamente, a pesar de que es difícil apreciar el conjunto por las viviendas que se adosan a ambos lados.
La iglesia tuvo tres retablos, destruidos durante la Guerra Civil. En el mayor aparecía la representación del santo titular, San Antón, lugar que ocupa actualmente la Virgen de la Aurora, trasladada aquí después de la ruina de la ermita de la Caridad. También sería trasladado desde el antiguo convento de los Capuchinos el Cristo de la Misericordia.
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